De Buenos Aires- Argentina

Escribo únicamente por gusto y placer. Coleccionista de libros y buena música. Amante de las tardes lluviosas de invierno. Manija 24/7. Impulsiva. Apasionada. Sueño mucho y en grande. Viajar para renovarse. Improvisada siempre. Todo es un planazo


jueves, 4 de octubre de 2012

Crisis= desafíos.

En la vida de una mujer estar en crisis pareciera ser uno de los estados más comunes y frecuentes, sobre todo cuando sos una mujer como yo: que no resuelve sus sentimientos, que no logra desprenderse del pasado, que tiene consejos para todos/as pero no para ella y que tiende a sentirse sola .
Podés estar en crisis porque no sabés qué ponerte o porque no sabés qué usabas el invierno pasado (no vamos a mentirnos, siempre tenemos el ropero lleno de 'no sé que ponerme'). Podés estar en crisis también porque tenés que preparar dos finales y no sabés cómo vas a hacer para que te entren en la cabeza dos libros de tres tomos cada uno, en el acotadísimo plazo de dos semanas. Podés estar en crisis también porque el machito se va convirtiendo lentamente en un mamerto y a pesar de ser consciente de eso, le seguís dando pelota y seguís cayendo en su juego. Podés incluso estar en crisis por temas que en el fondo son banales, como tener dos kilitos de más, romper la dieta, estar soltera y demás. A veces podemos ser tan conchudas de estar en crisis incluso por no tener motivos para estar en crisis. 
La crisis a priori pareciera ser momentánea, confiás en que solamente es una etapa y te volvés una fundamentalista del famoso 'todo pasa', entonces vas por la vida en crisis total en algún momento va a pasar. 
Así pasan los días, las semanas, los meses. Los inviernos, las primaveras, los veranos, los otoños y de golpe ahí te ves: entrando de vuelta al invierno, permaneciendo hace un año en la crisis del infierno.
Hace cosa de un año o un poquito más escribía en este mismo blog, me sentía casi igual que ahora, un poquito harta de todo, hasta de mí misma. La realidad es que pasó un año y sigo igual de cansada, resignada, agotada, desilusionada. Me tengo cansada. Odio la tendencia innata que tengo para boicotearme hasta llegar casi al punto de arruinarme. Odio la facilidad que tengo para pasar de la sonrisa pura al llanto extremo. Odio que en este momento se me hayan ido a la mierda los filtros y no poder ser capaz escribir una entrada optimista, esperanzadora, casi de auto ayuda. Odio sentarme a escribir y trasladar mi fracaso a las palabras. Cuando me siento así trato de apelar a mi sentido de la racionalidad, entonces me pongo a pensar si lo que estoy esperando es mucho o hasta medio utópico capaz. Resuelta la cuestión de mis expectativas hago un llamado a la reflexión y me fijo de quien o de quienes estoy esperando. Por último y no por eso menos importante, me pongo a pensar si lo que espero también lo doy. 
 La crisis es anónima aunque lleve mi nombre, porque no tiene causas válidas pero la afectada soy yo. Supongo que a medida que crecemos, a medida que pasan los años y los daños, cambiamos y nos vamos volviendo más autónomos en cuanto a nuestras decisiones. Después de un tiempo sos vos misma la que elige quien queda en tu vida y quien sale, qué recuerdos conservar y cuales olvidar, qué queres ser y qué ya no. Creo que al mismo tiempo que desarrollamos esa especie de practicidad vamos errando y esos errores nos van formando, qué aburrido sería vivir siempre acertando.
A pesar de casi haberme reinventado, a pesar de notar varios avances, me sigue dando negativo el balance. 
Quisiera ser un poco políticamente incorrecta, permitírmelo.Empezar a quejarme sin tapujo alguno de las actitudes que me caen mal, dejar de preocuparme por protestar y morir en la mía. Quisiera superar esta crisis, superarme a mí misma y llegar a lo que siempre quise ser. Una mujer superada, motivo de orgullo para mis viejos, pilar para mis amigas, de fierro para mis amigos, inolvidable para mis ex,constructiva para mi amor , brillante en lo que hago, dejar mi esencia en cada cosa que digo, hago y que perdure en el tiempo.
La crisis es la fachada que algunas de nosotras elegimos ponerle a la búsqueda. La búsqueda de un nuevo 'qué quiero de mí', de un nuevo'qué quiero de vos' y algunas estamos tan en crisis que hasta buscamos un nuevo 'qué quiero de la vida'. No entiendo de crisis, entiendo poco de rehabilitaciones, a veces entiendo casi nada de mí misma. Pero si hay algo que sé, y que si no sabría deduciría por lógica, es que para encontrar hay que tener primero muy en claro lo que se busca. Y ojo, no hablo de tenerlo en claro como quien va por un nuevo par de zapatos. Hablo de sincerarse con una misma, del todo. En base a esa búsqueda, escribo mi nueva especie de mandamientos e indicios.
Se busca un poquito de paciencia para asuntos tales como mis tristezas temporales (siempre odié el bajón, no me lo permito), mis malos hábitos  y mi encanto por el pasado (arrancarme la adolescencia de una buena vez, borrar recuerdos, cortar con el lamento). Se busca también convicción y confianza para mí misma,no asumir tantas responsabilidades , fijar metas pequeñas de todos los días en vez de metas de largo plazo que para cumplir me queda toda la vida. Se busca otro poco de constancia y perseverancia, vivir el día a día, enamorarme del camino y disfrutarlo. Se busca una fuente de ganas, una inyección de adrenalina, saber disfrutar de esas mariposas en la panza por ser correspondida. Se busca el valor suficiente para cicatrizar del todo mis heridas, hacer algo hermoso con mi vida, dejar de llorar las despedidas. Disfrutar de amores que no sean destructivos, encantos que no sean adictivos, relaciones que requieran esfuerzos productivos. Se busca ser menos realista y un poco más dramáticaesforzarme para lograr enamorarme de mí misma todos los días de mi vida
Se buscan cosas simples y creíbles, se busca para encontrar y dejar de esperar, dejar de necesitar de los demás. 
Prepararse para perder, pero también para ganar. (Cosa difícil en alguien como yo)
Entre tanto buscar, tipear y borrar, pensar y repensar, leerme y reflexionar, asumir y practicar, llego a la conclusión de que en crisis se llora, se patalea, se padece, se adolece, pero en crisis vivir no se puede ni se debe. La crisis no tiene que ser un estilo de vida, no tiene que desesperarte ni acostumbrarte. La crisis puede ser una hija de puta bárbara, pero es la única que te depura y te hace crecer. La crisis es necesaria y solamente si la podés vencer, la vas a llegar a querer. 
Estar en crisis es siempre una oportunidad, de crecer, de valorarte, de reinventarte, renacer. Estar en crisis es una situación límite que te pone a prueba, casi para privilegiados. Estar en crisis es un sacudón que siempre viene bien
Hoy lo que espero tiene que ver conmigo, esperar respuestas a mi crisis, terminar de moldearme. Encontrarme conmigo misma y principalmente, superarme.
Crisis y búsqueda, el principio de todo lo bueno y nuevo que va a venir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.