Vivir libre o nada.

Volviendo.
Volviendo porque siempre es necesario una cuota de uno mismo. Ganas de abrazar, ganas de llorar, de gritar, saltar, cantar, bailar, correr, disfrutar. Un finde plegado de música y buenos amigos, lo simple, lo esencial de las cosas. Charlas matutinas,consejos,  risas, la complicidad, el desconcierto y la certeza, la bipolaridad a flor de piel, los buenos ratos, las miradas profundas, los sueños, las expectativas, la buena comida, un recital, o dos, un par de gente desconocida que de pronto te encuentra, te acompaña..
Un sonido que te trasporta, una lagrima que brota de lo mas profundo de tu ser, un recuerdo, un pensamiento que viaja, en colectivo, en subte o en tren. El sol iluminando todo, la luna o la lluvia de domingo, los mates con tortas fritas, la sonrisa de un amigo, el te de mañana, o el tinto o el fernet, las pastillas del abuelo, Brandsen, San Martín o Monserrat no importa el lugar, que la birra es así y nada mas. Rompecabezas de amor, historias, otra vuelta de tuerca. Las diez, las once o las tres de la mañana.
Todo compaginándose en un finde perfecto.
Volviendo, siempre volviendo.