De Buenos Aires- Argentina

Escribo únicamente por gusto y placer. Coleccionista de libros y buena música. Amante de las tardes lluviosas de invierno. Manija 24/7. Impulsiva. Apasionada. Sueño mucho y en grande. Viajar para renovarse. Improvisada siempre. Todo es un planazo


domingo, 9 de junio de 2019

Me encerré, me hice bicho bolita. No aquería hablar ni juntarme con nadie. Abandoné las grapitamiel en el bar, las juntadas espontáneas, las redes sociales. Me borré de todos los mapas, me convertí en un abstracto. Es que mayo fue duro, viste. Tenía  el cumpleaños de la abuela, el cumpleaños de alguien más.  Fechas que ahora están vacías, que se veían borrosas en sus vísperas pero que se sintieron como puñales en el cerebro al llegar. Pasé todo el mes de casa al trabajo, del trabajo a casa, buscando rellenar la mente con rutina. El 20, el día del cumpleaños  llovió. Y me pasé el día entero convencida de que estábamos llorando, lloviendo, juntas. Todo era oscuro, todo era amargo, todo era silencio.
El 11 cumplí yo.Repunté, renací de mis propias cenizas. Ni siquiera sé si esta versión de mí misma es mejor que la anterior, o si tendría que serlo. Solo sé que, por ahora, la cabeza está afuera del pozo. Que asoma con mesura algún sol tibio entre tanta nube. Lo cierto es que nunca nada es en solitario. Tengo una familia rota pero hermosa, tengo hermanxs que me ha dado la vida, tengo el privilegio de contar con sostén psicológico. Tengo la posibilidad de crecer tanto a nivel laboral como académico. Pero, sobre todo, me tengo a mí. Entendiéndome, desarmada y malherida, queriéndome un montón. Hoy me quiero mucho, quizá mañana no tanto. Pero, justamente por eso, escribo esto hoy. Y elegí esta foto porque estoy echada pero con cara de canchera y eso me representa bastante.

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