Yo todavía no puedo escuchar "para que hubiera para almorzar y que tuviéramos en qué soñar" sin llorar y recordar en un segundo toda una vida de amor por encima de lo material, de sonrisas en los momentos más tristes y de abrazos de gol alrededor del continente.
Tampoco puedo ver esta foto sin llorar. será que con dos meses de vida sabía que había que aferrarse con fuerza a ese hombre de hasta el día de hoy me abraza en sueños y me dice que todo va a estar bien.
Hoy mi papá estuvo en mis sueños.
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