Una palabra puede estar cargada de sufrimiento o placer. Me gustan las letras porque son siempre iguales. Las letras son exactamente iguales, están cubiertas en lagrimas o riendo a carcajadas. Liberan poder, calma, alientan. Pero les falta la gracia de un tono.
No es lo mismo un grito que un susurro, no es lo mismo contagiar alegría con la voz que quebrarla en llanto.
El gris de esta mañana me lo hizo entender. Con un simple tono podías desequilibrarme. Con un suspiro el mundo se movía de lugar.
Necesitaba de tus palabras como se necesita del sol, para romper el silencio.
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